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“Vértigo”: El crimen perfecto, el alma fracturada

 Pocas películas se prestan a una disección tan rica y escalonada como Vértigo (1958), la obra maestra de Alfred Hitchcock. Lo que a primera vista podría parecer un thriller psicológico sobre la obsesión amorosa y el engaño, es en realidad una profunda meditación visual sobre la identidad, la culpa y la imposibilidad de poseer lo amado sin destruirlo. Revisitar esta película no solo confirma su maestría formal, sino que revela un drama moral oculto bajo la superficie del suspenso. Uno de los elementos más fascinantes de Vértigo es su aparente minimalismo actoral. Con apenas cuatro personajes centrales —Scottie, Judy/Madeleine, Midge y Gavin Elster— Hitchcock construye un mundo cerrado, casi teatral, donde cada figura carga consigo tensiones íntimas y símbolos más grandes que sí mismos. El resultado es un relato denso, psicológico, de resonancias míticas, donde todos los hilos de la tragedia están tendidos desde la primera escena. Esa escena inicial —el policía cayendo al vacío ...

La verdadera locura en Dientes de león no es la de Ineko

Hay novelas que se construyen sobre el vacío. No sobre la ausencia de sentido, sino sobre una ausencia cuidadosamente tejida, casi como un jardín zen donde lo que no está es lo que más dice. Dientes de león , del maestro japonés Yasunari Kawabata, es uno de esos textos enigmáticos. Se nos presenta como la historia de Ineko, una mujer internada en un sanatorio por una ceguera histérica. Pero basta con avanzar unas páginas para descubrir que, en realidad, ella no es la protagonista. Ella es el pretexto, el espejo, el síntoma. La verdadera enfermedad está en los otros. Kuno, su prometido, y la madre de Ineko son los únicos personajes que vemos interactuar en tiempo real. Su diálogo, cargado de silencios, recuerdos y ambigüedades, revela una maraña de emociones descompuestas: culpa, deseo, resignación, incomodidad. Ambos, en apariencia sanos, muestran síntomas de una dolencia más compleja que la ceguera histérica: la incapacidad de asumir el dolor y la responsabilidad afectiva . La madre...

Ver sin ver: sobre la verdad, la culpa y las sombras en Anatomía de una caída

“Es difícil ver las intenciones de alguien a quien no puedes ver.” Esta frase no solo enuncia una tensión dramática, sino que se convierte en el centro de gravedad moral de Anatomía de una caída , la película de Justine Triet que, con precisión quirúrgica, disecciona la verdad, la culpa y los vínculos humanos desde la invisibilidad. Lo que no se ve —el cuerpo cayendo, las emociones calladas, las intenciones ocultas— pesa más que lo que se muestra . Y eso lo convierte en uno de los relatos más inquietantes y lúcidos del cine reciente. La caída como forma de mirar Desde su título, la película anuncia un gesto analítico: vamos a examinar una caída . Pero esa caída es mucho más que un hecho físico. Es la caída de un matrimonio , la caída de certezas , la caída de un hijo en la oscuridad de tener que elegir a quién creer . Como en Anatomía de un asesinato (1959), lo que se pone bajo la lupa no es solo un acto, sino una persona, una vida entera, y la forma en que la verdad se transforma...

La semilla del fruto sagrado y la muerte del padre

  En La semilla del fruto sagrado ( The Seed of the Sacred Fig , 2024), del cineasta iraní Mohammad Rasoulof , la violencia no irrumpe, sino que germina . Como una planta que brota en silencio desde una tierra envenenada, el conflicto central de la película crece a partir de una herencia invisible: la pistola del padre . Este objeto —protagonista material y simbólico— no es un simple artefacto de la trama, sino el centro gravitacional que da sentido a los silencios, los gestos y las rupturas de los personajes. Y en su figura se condensa un drama mayor: el de la desaparición de la figura del padre como símbolo cultural . Rodada en secreto y en condiciones de riesgo extremo, la película es también un acto de resistencia fílmica . Rasoulof, condenado a prisión en Irán por sus críticas al régimen, utiliza la figura del padre no sólo como núcleo doméstico, sino como metáfora del poder autoritario, opaco, y amenazante que se enquista en lo cotidiano. La historia comienza con un gest...

Vivir con pasión en tiempos de indiferencia

  Una lectura vital desde “La muerte en Venecia” “Porque al final, no morimos de cansancio. Morimos de indiferencia.” Hay libros que uno no termina, sino que lo terminan a uno. La muerte en Venecia , de Thomas Mann, es uno de esos. Al cerrar la última página, no pude quedarme con la lectura habitual —la que gira en torno a la decadencia moral, al extravío del deseo, al colapso de la razón frente al impulso irracional. No. Yo quise quedarme con otra cosa. Con algo que no suele decirse, pero que hoy me parece urgente: la pasión como afirmación de vida . La pasión como despertar Gustav von Aschenbach, el protagonista, representa el ideal del hombre riguroso, el artista disciplinado, el ser que ha hecho del orden, el deber y el control su identidad. Un personaje sobrio, admirable, previsible. Pero algo ocurre. En un viaje, conoce a Tadzio, un adolescente que encarna la belleza efímera, lo inasible. Y se despierta algo en él. Algo que ya no puede ni quiere controlar. Esa pasión ...

Sentidos en pausa: cuando el cuerpo habla más fuerte

¿Qué ocurre cuando los sentidos que nos conectan con el mundo dejan de funcionar? ¿Qué sucede cuando algo tan cotidiano como oler el café, escuchar una voz o saborear una fruta se convierte en un recuerdo difuso? Esta semana, mi cuerpo decidió ponerme en pausa. Una operación de nariz, un gusto que desapareció, una sordera súbita y un zumbido incapacitante me llevaron a pensar —más que nunca— en nuestra vulnerabilidad sensorial. Pero también en la belleza de los sentidos cuando se recuperan. Y en cómo, incluso desde la cama, una película puede hacernos sentir que estamos vivos. El martes, por segunda vez en mi vida, me operaron la nariz. ¡Nací rinítico! Sensible a los ácaros, al frío de la mañana, a los olores fuertes, a los pelos de animales… Cero y van dos, ¡y espero que sea la última! En el posoperatorio valoré muchísimo a las personas que necesitan oxígeno de forma permanente. Como no podía respirar por la nariz, solo por la boca, el oxígeno reseca de forma muy molesta toda la boc...

Cáncer no es sinónimo de muerte - Capítulo 4

La confirmación del hallazgo y una nueva llamada al neurocirujano Como dije en el Capítulo 2, solamente pude ver presencialmente al neurocirujano en la primera cita. Por la fecha, estábamos ya en el confinamiento que mencioné en el capítulo anterior. De allí que la única posibilidad de comunicación era virtualmente. El siguiente fue el diálogo por WhatsApp que tuve con él una vez recibí la lectura de la resonancia magnética: 25 de marzo de 2020 Jorge Arango: Doctor, buenas tardes. La semana pasada estuve en su consultorio por un hallazgo en un TAC de senos paranasales. Ayer me hicieron la resonancia magnética con contraste de cerebro y estos son los resultados. Le agradecería que me diga si lo puedo llamar en algún momento. Muchísimas gracias, Jorge Arango (3:24 pm). Doctor: Llámeme (3:29 pm) La lectura de la resonancia confirmó lo que el TAC de senos paranasales había sugerido:  De localización cortico subcortical en el lóbulo temporal derecho se observa una masa de contornos bien...