Cáncer no es sinónimo de muerte - Prólogo

 Prólogo


Mañana, 5 de agosto, se cumple un año desde que empecé este blog. Una vez que inició, surgió en mí la idea de escribir un "libro" sobre todo el proceso de mi enfermedad; de hecho alcancé a pensar su título: "Cáncer no es sinónimo de muerte". La última entrada de este blog, que fue en enero de este año, fue sobre el final del tratamiento y pensé que ahí era la culminación de un momento importante de mi vida y que no era necesario escribir más... el tiempo dirá si es oportuno escribir algo, pensaba dentro de mí. Lo anterior, las distintas ocupaciones que tengo, la falta de tiempo y un cierto pudor, similar al del inicio del blog, me disuadían a hacerlo. Recientemente he conocido una persona, un residente en neurocirugía, y las conversaciones con él me han llevado a pensar que es el momento de contar mi historia con el cáncer. 

Cáncer no es sinónimo de muerte. He intentado recordar de dónde surgió esta frase, pero la verdad no lo recuerdo -quizás por eso también he decidido volver a escribir, porque con el paso del tiempo voy perdiendo detalles de esta historia-. Si buscas en Google son muchas las referencias que hay, pero no hay ninguna que conecte con algún evento de mi pasado. Fruto de conversaciones con muchas personas sobre mi enfermedad veo sus reacciones y me sorprendo y pregunto: ¿será que no me he dado cuenta de lo que ha pasado en mi vida? ¿por qué la gente le tiene tanto miedo a la palabra "cáncer"? ¿qué pasará por la cabeza de las personas cuando tienen a un enfermo de cáncer en frente -se va a morir, cuánto sufrirá, tan joven, pero yo lo veo muy bien, etc.-? Es verdad que en medio de una enfermedad como ésta te preguntas muchas veces por la muerte, por el final de la vida en la tierra, y es aquí cuando te enfrentas a ti mismo y piensas que tienes dos alternativas: querer morirte -y morirte- o vivir con pasión e intensidad cada día de tu vida independientemente de si será el último. La actitud con la que una persona afronta la enfermedad, lo he pensado y leído muchas veces, cambia su desenlace, a pesar de que, en algunos casos, el final sea la muerte. En esto, en la muerte, el hombre no tiene, por lo general, la última palabra.

Hoy estoy vivo, mañana no lo sé -y eso no me asusta-. Lo que sí sé es que, como dice Dani Rovira -un actor español que al igual que yo está en fase de remisión de un cáncer, un linfoma de Hodgkin, y que tiene mi misma edad- "no he sufrido la crisis de los 40 porque estoy muy feliz, para mí ahora cumplir años, meses y días es una suerte. Todo ha cambiado (...). Ahora estoy muy en el ahora, pero ahora, habiéndolo superado, y estando bien, lo único que tengo es una sensación de gratitud". Estamos vivos, esa es mi realidad hoy. Es cierto que muchos enfermos de cáncer probablemente no puedan decir lo mismo, porque han muerto, pero esta no es una situación inexorable a la que se enfrentan necesariamente todos los enfermos de cáncer. Si mañana volviera a aparecer el tumor y el desenlace fuera fatal, la actitud con la que espero poder afrontarlo será la misma que he asumido hasta este momento. 

Aunque puede sonar a soberbia, en estos días escuchaba haciendo deporte una canción que decía: "... se dice por ahí que lo que no mata te hace má' fuerte ..." y pensaba que esa debería ser mi realidad hoy. Soy débil en muchos aspectos, a veces pienso que el desenlace de la enfermedad en mi caso no fue por mi fortaleza, sino todo lo contrario. Muy probablemente no habría sabido estar a la altura, como muchos enfermos de cáncer, y soportar los efectos del tratamiento y los dolores de la enfermedad. Es quizás, por lo débil y frágil que soy que se me ahorró, de momento, esta situación. Lo que sí me queda claro es que esta experiencia que he vivido me tiene que llevar a ser más fuerte. 

Este es un libro que aún no ha sido escrito, que está por escribirse. Aun no sé cuántas páginas tiene, cuántos capítulos tendrá. Lo que he pensado es escribir un capítulo, vamos a ver si quincenal o mensual, en este blog, tal como se publica este prólogo. Serán, espero, capítulos cortos para facilitar su lectura. 

Por último, si mi experiencia le ha de servir a otras personas, no tengas ningún reparo en difundir estos textos; en parte para eso se escriben.  




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