Algunos libros que me leí en 2021

El año 2021 estuvo marcado, principalmente, por el tratamiento del cáncer: empecé el año con la primera fase, que fue de concomitancia entre radioterapia y quimioterapia, la cual terminé el 2 de febrero. Y a partir de ahí empecé desde el 1 de marzo, 12 ciclos de quimioterapia, cada 28 días. Pero además del tratamiento estuvo el tema de la vacunación, la celebración de los 40 años, el cambio de trabajo, temas que ya traté en el primer post de este blog. Como uno de los objetivos del año que acaba de terminar era desarrollar algunas actividades intelectuales para ejercitar el cerebro, la lectura ocupó un lugar importante.

Este año descubrí, por invitación de una persona con quien he podido construir una bonita amistad, una manera distinta a la habitual al momento de leer y es la de la lectura en compañía. Qué quiere decir esto? que los dos leemos el mismo libro, probablemente alguno de los dos ya se lo leyó, y a mitad del libro y al finalizarlo tenemos una conversación sobre aquellos aspectos de la historia o de las ideas que allí se exponen que más nos han llamado la atención. Este ejercicio ha resultado bien interesante porque la lectura se vuelve más analítica y profunda, porque a esas conversaciones ninguno de los dos puede llegar en blanco o con calificativos básicos o genéricos como: está muy bien, se lee fácil, la historia es buena... en fin, he disfrutado mucho más la lectura que si solo me quedara en un leer y leer palabras.

Como este blog lo inicié en agosto, la verdad no recuerdo si, aparte de los libros que mencionaré, leí otros, pero en fin... por lo menos estos son aquellos de los que quisiera decir algo.

El señor de los anillos: Creo que ya perdí la cuenta de las veces que me he leído este libro de J.R.R. Tolkien, pueden ser quizás unas cuatro o cinco veces. Un maestro de los de verdad, que tuve cuando estaba más joven, lo alcanzó a leer -ya falleció- unas ocho o nueve veces, me parece recordar. Era el antídoto cuando se encontraba con lo que él denominaba una pereza existencial profunda. Pues qué mejor lectura, en mi caso, para pasar los efectos secundarios de un tratamiento de cáncer. De El señor de los anillos quisiera mencionar dos aspectos: el primero de ellos, aunque pareciera que es el típico guión del viaje del héroe, no es el de un héroe convencional; Frodo no es un héroe de esos... Algo parecido pasa con Bilbo en El hobbit, con una estructura similar del viaje del héroe, donde Bilbo no es ese héroe que todos pensamos... Como es posible que algunos no se hayan leído estas historias evito los spoilers, pero si alguno que ya los ha leído quiere conversar sobre ellos, me puede escribir para hablar del tema. El segundo aspecto que quiero resaltar es la amistad entre Frodo y Sam. En la historia siempre han estado presentes personajes como ellos: San Basilio y san Gregorio, Sherlock y Watson, el Quijote y Sancho, solo por mencionar algunos. Pues acá estamos ante una relación que comienza desigual y que la amistad termina por hacer iguales. Cuando en el camino de la vida nos encontramos con vicisitudes y en ellas aparece una persona, o personas que nos acompañan, se suelen generar unos vínculos muy fuertes de amistad. Esto último lo experimentamos los enfermos en todo el proceso que vivimos. No sé cuántas veces alcance a leerlo, pero seguramente seguirá siendo un libro al que vuelva cada vez que necesite buscar un sentido y una esperanza para mi vida y para el mundo.

El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde: La primera vez que leí este libro fue en mi época de estudiante de colegio pero la verdad no me acordaba de la estructura psicológica que tiene el libro. Sí tenía presente algunos de los personajes y algo de la trama, pero poco más. Stevenson tiene una gran capacidad para describir la psicología de los personajes. Acá nos encontramos frente al proceso que vive una persona que padece de una adicción. De la tentación se pasa a la obsesión y de la obsesión a la posesión. Es la pérdida de la libertad cuando se está en este camino que acabo de mencionar, es la enajenación de la persona. Lo anterior es lo que le pasa a Gollum y a la gran mayoría de portadores del anillo en El señor de los anillos. Gollum no poseyó el anillo, el anillo lo ha poseído a él, ha perdido toda la capacidad de ser un hobbit para ser una vil criatura. Es un texto que tiene elementos antropológicos constantes: el cuerpo, la cara, las manos, los gestos, el vestir, el habitar, el espejo, la propia escritura, el "yo" y el "él". El dualismo en el que se encuentra Jeckyll se podrá relacionar con esa "aparente" doble vida que hoy llevamos entre lo real y lo virtual: ¿quiénes somos en las redes sociales? El hombre actual está en unas tensiones constantes, fuertes, acerca de la pregunta: ¿quién soy?

La carretera: Aunque conocía de la existencia de este libro, nunca me había interesado por él. He de admitir que lo que más me gustó son los diálogos entre el papá y el hijo con sus preguntas, que no son nada inocentes. Nos encontramos ante un mundo apocalíptico, donde lo fundamental es sobrevivir. La vida tiene tanto o tan poco sentido que los nombres no importan, no se conocen, la persona humana está en jaque. El haberlo leído en medio de la pandemia de coronavirus que hemos vivido le dio un contexto apropiado para la reflexión. Acá también nos encontramos ante un viaje! Vamos para el sur... un lugar que no tiene una descripción precisa en la narración. Más que llegar, como decía, lo importante es no morir. El padre teme por la muerte del hijo, por la vida del hijo. Hay un momento en la historia, en el pensamiento del papá, que es como el suceso del sacrificio de Isaac por parte de Abraham en el Antiguo Testamento. Abraham está dispuesto a hacerlo, el papá no sabe si será capaz cuando llegue el momento... El libro es el camino del crecimiento y la madurez del hijo. La madre no está, es ella la que configura el hogar. Ellos dos van de casa en casa, de rincón en rincón, buscando algo para comer y para protegerse, pero en la lucha por sobrevivir ningún lugar es seguro. Ante las situaciones difíciles o de escasez lo cotidiano recobra un sentido distinto: el agua, algo para protegerse, una manzana o una simple gaseosa... En fin, se trata de resaltar los aspectos más antropológicos, propios de la persona humana, en contraste con una situación en la que la vida está en riesgo, en peligro. Uno de esos elementos antropológicos es la memoria de los difuntos y la piedad que se vive con ellos y que tendrá relación con el siguiente libro.

Antígona: Samantha Devin en el artículo ¿Dónde están los hombres? dice: "Aún así, si después de leer a Sófocles decides que no te gusta, bien, no lo vuelvas a leer, pero tienes que saber quién es Sófocles, qué escribió, cómo lo escribió, por qué lo escribió. Porque lo que hay en Sófocles es el germen de la cultura en casi todas sus manifestaciones" En el caso de Antígona uno de esos gérmenes es la disyuntiva entre la ley y la obediencia de la ley: ¿Qué leyes hay que obedecer? Es, para la historia una pregunta que será su hilo conductor. Esta es una pregunta tan antigua como el pensamiento occidental. Por ejemplo, en el Critón de Platón se aborda esta cuestión ante la condena de Sócrates. Sócrates acepta su sentencia, su muerte, en un acto de respeto y cumplimiento de la ley. No obstante, por la filosofía cristiana, sabemos que nadie está obligado a cumplir u obedecer leyes que en sí mismas son inmorales, injustas o inhumanas. Antígona se enfrenta a una situación como esa y, asumiendo las consecuencias que sus decisión pueda acarrear, decide incumplir la ley, el mandato de Creonte, rey de Tebas. En algún momento de su diálogo Creonte le pregunta a Antígona: ¿Sabías que había prohibido hacer esto? ¿De verdad te atreviste a transgredir estas leyes? Para Creonte es como si aquella decisión de Antígona fuera inconcebible, pero acá el sentido de humanidad aflora y la protagonista asume las consecuencias del no cumplimiento de una ley injusta. Esto no es una novela, acá el guión se desarrolla muy rápidamente, estamos frente a un solo hecho, lo importante es la situación a la que se enfrentan cada uno de los personajes de la historia. 

Tu mirada ilumina el mundo: A Susanna Tamaro la empecé a leer hace muchos años con "Donde el corazón te lleve" y luego han venido todos los demás libros que ha escrito. El último que había leído fue "La tigresa y el acróbata" que, en palabras de ella, es su libro más personal. Aunque es evidente que éste, Tu mirada ilumina el mundo, termina siendo su libro más íntimo. Santiago Villa ha escrito una reflexión sobre este libro en este post después de que le recomendé su lectura. La finura de Susanna es tal al momento de escribir que pareciera no querer ser ella el centro de atención, para lo cual acude a un recurso literario muy clásico que es el del epistolario con un viejo amigo suyo poeta, italiano, Pierluigi Cappello, que ha fallecido recientemente a raíz de un cáncer. Para cualquier lector, se trata de un libro sobre la amistad que en la vida han tenido Susanna y Pierluigi, pero para mí es un libro sobre el dolor y sobre lo frágiles que somos, sobre la historia de cada uno y las relaciones sobre las que se ha estructurado, sobre la educación y sobre la crianza, sobre la relación con el padre y la madre, sobre la familia, sobre la soledad y las relaciones sociales, sobre la enfermedad, sobre los clichés y los juicios que califican o descalifican a una persona. Aunque podría parecer que es pesimista, personalmente en Tamaro siempre he encontrado mucha esperanza. Es un dar sentido. Es abordar la realidad de la vida con una mirada distinta. El lector sí que le puede decir a Tamaro: Tu mirada ilumina el mundo.

Finalmente está "El lugar de las palabras", pero sobre él ya escribí un post en este blog.       



  

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