El cáncer: una mirada desde el cine

Quizás la primera película que vi sobre el cáncer fue una película protagonizada por Julia Roberts y Campbell Scott titulada en inglés Dying young, que en latinoamérica se promocionó como "Todo por amor". Es una película de 1991 en la que Hilary -Julia Roberts- decide aceptar un trabajo en el que debe cuidar a Víctor -Campbell Scott-, que padece un cáncer terminal, una leucemia. Lo que no sabe Hillary es que la unión que se establecerá entre ambos será tan fuerte que terminarán enamorándose. Muchos quizás recordarán esta película por el papel de Julia Roberts, pero también por el tema musical principal de la película, interpretado por el saxofonista Kenny G y cuyo título es el mismo de la película "Dying young".

Debo admitir que vi esta película hace muchísimos años y son vagos los recuerdos que tengo de ella, pero siempre me viene a la memoria cómo a través del cuidado de las personas, especialmente de aquellas que sufren, se desarrolla una conexión que es difícil de explicar. Es mostrar cómo desde el dolor y el sufrimiento se puede establecer una gran capacidad de comprensión, cercanía, cariño, amor. Esto mismo pasa, aunque no tiene relación con el cáncer, con una película romántica, bonita, aunque con un desenlace que personalmente no me gusta,  titulada "Yo antes de ti" o Me before you, en la que Sam Clafin ha quedado tetraplégico por un accidente de tránsito y Emilia Clarke es contratada para su cuidado, estableciendo, a pesar de la dureza y frialdad inicial del protagonista ante la vida, una relación romántica con Clafin.

En marzo de 2010 le diagnosticaron a Andy Whithfield un linfoma no-Hodking. Andy estaba en ese momento protagonizando una serie que seguramente muchos conocen que se llama Spartacus, en donde actúa como protagonista, encarnando el papel de un gladiador. Durante el tratamiento, Andy decidió junto con su mujer, hacer un documental sobre el día a día de la enfermedad. El título de la producción es "Be here now", que hace alusión a un tatuaje que Andy tiene en uno de sus brazos. Es un documental en el que Andy va contando los distintos momentos de la enfermedad y del tratamiento, sus pensamientos y sus temores, la relación con su esposa y sus hijos. Aunque no se trata de una película es un documental que te acerca a la vida real, al día a día que vivió Andy con su familia en medio de su enfermedad y de su muerte.     

En estos últimos dos años que estoy a punto de cumplir con el tema del cáncer, paradoja o coincidencia, han sido tres las películas que  he visto sobre esta temática: Clouds, I still believe y El cuaderno de Tomy.

Las dos primeras tienen bastante similitud: son historias de la vida real, se trata de personas jóvenes, enfermos de cáncer -en el caso de la primera un hombre y de la segunda una mujer-, con una presencia importante de la música en sus vidas - Zach Sobiech es un estudiante de secundaria que un día decide subir a Youtube la música que toca con su mejor amiga, entre ellas “Clouds” y “I still believe” es el titulo de una canción que Jeremy Camp, estudiante universitario le dedica a su novia y posteriormente esposa, Melissa, que padece un cáncer de ovario. 

Cuando la muerte está tan cerca, solo queremos tener un poco más de tiempo con las personas que amamos … Es aquello de: “Si solo tuviera un poco más de tiempo contigo…” que dice alguno de los protagonistas. Pero también se trata de poder cumplir algunos sueños que están pendientes. En ese sentido, es memorable la escena del concierto de Jason Mraz y la del carro deportivo en “Clouds”.

También en “El cuaderno de Tomy” estamos frente a una historia de la vida real, una persona joven, Marie Vázquez, argentina, casada con Federico y con un hijo de 4 años llamado Tomy. Marie también padece de un cáncer de ovarios, terminal,  y debe ser internada en el hospital en donde pasa sus últimos días. Así como en las anteriores el desenlace de la historia es el del curso natural de la enfermedad, acá nos encontramos frente al dilema de la eutanasia ante la persona que sufre y que sabe que va a morir. Así como en “I still believe” el tema de la fe está presente a lo largo de la película y ayuda a llevar con optimismo y esperanza la situación, en el cuaderno de Tomy la fe está ausente, Marie se declara atea y solo hay un rescoldo de trascendencia en ese amor-dolor contenido, bien interpretado por cierto, de Federico su esposo; en la inocencia de Tomy en sus visitas al hospital, en las palabras que Marie le escribe en su cuaderno testamento para la vida, en los mensajes de twitter a modo de grito y desespero que fue poniendo y que llevaron a muchas personas a establecer contacto con su situación, y en el afecto y cariño que demuestran sus amigos más cercanos y su familia.

Ninguna de las anteriores es una gran producción cinematrogáfica y ninguna ha ganado premios importantes. Pero sí son películas que nos acercan a ese misterio del dolor y de la enfermedad que en ocasiones conduce a la muerte y que nos sensibiliza y nos hace preguntar sobre el modo como vivimos y como estamos preparados para esos momentos de verdad que se nos pueden presentar en la vida. Como decía el poeta: “qué bonito es vivir junto a quienes amamos, pero más hermoso es morir junto a ellos”.

P. S.: Aunque no es una película sobre el cáncer, por esos mismos días terminé viendo, por casualidad, la película “Manos milagrosas”. En ella, Cuba Gooding Jr. presenta la vida de Ben Carson, un neurocirujano afrodescendiente en Estado Unidos… lo digo por aquello de haber sido operado de un tumor cerebral. Una película de superación personal y de fe que puede gustar seguramente a muchos.






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