IA Free (y otras nostalgias humanas)
Anoche, entre amigos, surgió una conversación que ya se ha vuelto parte del aire que respiramos: la inteligencia artificial. No como un tema técnico, sino como una pregunta existencial. Alguien dijo: “Ya la gente no piensa” . Otro agregó: “La IA está haciendo más mal que bien” . Y alguien propuso —medio en broma, medio en serio— que debería existir una etiqueta: IA free . Así como los productos orgánicos se jactan de no tener químicos, los futuros poemas, canciones o cuadros podrían venir con un sello que diga: este producto es humano . Detrás del chiste, hay una intuición seria: que algo irremplazable está en riesgo. No tanto los empleos (que ya hemos perdido muchas veces, desde los aguateros hasta los linotipistas), sino una forma de estar en el mundo. Si antes la herramienta ampliaba nuestras manos, ahora parece reemplazar nuestra mente. Y eso inquieta. Pero quizá la frase “la gente ya no piensa” sea menos una crítica a la tecnología que a nosotros mismos. No es que las máquinas ...