Vivir con pasión en tiempos de indiferencia
Una lectura vital desde “La muerte en Venecia” “Porque al final, no morimos de cansancio. Morimos de indiferencia.” Hay libros que uno no termina, sino que lo terminan a uno. La muerte en Venecia , de Thomas Mann, es uno de esos. Al cerrar la última página, no pude quedarme con la lectura habitual —la que gira en torno a la decadencia moral, al extravío del deseo, al colapso de la razón frente al impulso irracional. No. Yo quise quedarme con otra cosa. Con algo que no suele decirse, pero que hoy me parece urgente: la pasión como afirmación de vida . La pasión como despertar Gustav von Aschenbach, el protagonista, representa el ideal del hombre riguroso, el artista disciplinado, el ser que ha hecho del orden, el deber y el control su identidad. Un personaje sobrio, admirable, previsible. Pero algo ocurre. En un viaje, conoce a Tadzio, un adolescente que encarna la belleza efímera, lo inasible. Y se despierta algo en él. Algo que ya no puede ni quiere controlar. Esa pasión ...