Sentidos en pausa: cuando el cuerpo habla más fuerte
¿Qué ocurre cuando los sentidos que nos conectan con el mundo dejan de funcionar? ¿Qué sucede cuando algo tan cotidiano como oler el café, escuchar una voz o saborear una fruta se convierte en un recuerdo difuso? Esta semana, mi cuerpo decidió ponerme en pausa. Una operación de nariz, un gusto que desapareció, una sordera súbita y un zumbido incapacitante me llevaron a pensar —más que nunca— en nuestra vulnerabilidad sensorial. Pero también en la belleza de los sentidos cuando se recuperan. Y en cómo, incluso desde la cama, una película puede hacernos sentir que estamos vivos. El martes, por segunda vez en mi vida, me operaron la nariz. ¡Nací rinítico! Sensible a los ácaros, al frío de la mañana, a los olores fuertes, a los pelos de animales… Cero y van dos, ¡y espero que sea la última! En el posoperatorio valoré muchísimo a las personas que necesitan oxígeno de forma permanente. Como no podía respirar por la nariz, solo por la boca, el oxígeno reseca de forma muy molesta toda la boc...